martes, 21 de marzo de 2017

San Juan de Ávila sobre la tempestad

Esto de un sermón (3.833.24), sobre el episodio de los discípulos en la barca con el Señor dormido, que al principio iban contentos y luego se asustaron, me recuerda a un comentario que se atribuye a santa Teresa, pero que no he encontrado:
Y lo peor es que el mismo Jesucristo, que con ellos iba, en cuya compañía les parecía que iban seguros de tempestades, les revolvió la tormenta. Él es el que mandó al mar que se alterase; él mismo es el que manda a las tribulaciones que se levanten. Y aun eso es porque hay tan pocos que os sirvan, Señor. Piensan ellos que es gran descanso entrar con esta seguridad; van muy confiados y seguros que en vuestra compañía no se levantará la tormenta. Como les sales después al revés, dejan lo comenzado. Esta es la cosa por qué tienes tan pocos amigos.
Complementario es esto de la Carta 22:
Alborotada está la mar y las olas quieren anegar la navecilla, y el Señor duerme de buen reposo, como quien tiró la piedra y escondió la mano, y picó y huyó. Él hizo levantar la tempestad, y luego se echó a dormir. 

2 comentarios:

  1. ¿Cambio de diseño del blogg que inaugura san Juan de Ávila?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se me ocurrió tocar el diseño y he llegado a este, del que no estoy muy contento. Iremos probando.

      Eliminar