miércoles, 21 de febrero de 2018

Lo prometido es deuda

Yo me leí las Cartas a sus amigos de Ramón Gaya en agosto de 2016. Hablé de ello aquí. Al final prometía recoger algunas de las cosas que me había anotado. Cogí el libro, lo puse en la estantería y ahí se quedó hasta que lo vi este fin de semana. Os voy a ir poniendo algunas, empezando por esta de agradecimiento a un amigo:
[A Tomás Segovia] En cuanto a lo ocioso que te parece decirme que siempre te sorprende mi comprensión, no creas que es tan ocioso, pues toda mi vida he sido castigado –por parte de las pocas personas que creían algo en mí o me conocían más a fondo- de ese desdichado aforismo, de que por sabido se calla; no, hijo, no, ahora sobre todo, que no me conoce nadie, necesito de vez en cuando oír ciertos elogios, siempre que no sean exagerados (357).
Estas dos tienen que ver con Galicia:
[En una postal de la fachada de la Catedral a Luis Cernuda 10.09.1933] Saludos desde este Santiago de cuatro horas. Lo encuentro algo angustioso aunque bellísimo, no sé, quizá la precipitación del viaje influya más de lo que yo suponía (171).
[A Tomás Segovia sobre Caxías, cerca de Lisboa, donde vivía su hija, en la desembocadura del Tajo] Es algo muy español, algo como una ría gallega cruzada con un pueblo gaditano, Cádiz y Lugo mezclados, si es que puedes imaginar algo con estos datos (287).

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